domingo, 18 de mayo de 2008

Sabina y Paez: Más guapa que cualquiera




Se llamaba Soledad y estaba sola
como un puerto maltratado por las olas,
coleccionaba mariposas tristes,
direcciones de calles que no existen.
Pero tuvo el antojo de jugar
a hacer conmigo una excepción
y, primero, nos fuimos a bailar
y, en mitad de un "te quiero" me olvidó.
De esperanza no tenía más que el nombre

la que no esperaba nada de los hombres,
coleccionaba amores desgraciados,
soldaditos de plomo mutilados.
Pero quiso una noche comprobar
para qué sirve un corazón
y prendió un cigarrillo y otro más
como toda esperanza se esfumó.
Por eso, cuando el tiempo hace resumen

y los sueños parecen pesadillas,
regresa aquel perfume
de fotos amarillas
Y, aunque sé que no era
la más guapa del mundo...
juro que era
más guapa que cualquiera.
Se llamaba Inmaculada aquella puta

que curaba el sarampión de los reclutas,
coleccionaba nubes de verano
velos de tul roídos por gusanos.
Pero quiso quererse enamorar
como una rubia del monón
y que yo la sacara de la "calle
de los besos sin amor"
Y, mil años después, cuando otros gatos

desordenan mis noches de locura,
evoco aquellos ratos
de torpes calenturas.
Y aunque sé que no era
la más guapa del mundo,
juro que era
más guapa,
más guapa que cualquiera

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